jueves, 10 de julio de 2025

 «Todo ser humano posee la libertad de cambiar en cada instante»

«La mejor forma de conseguir la realización personal es dedicarse a metas desinteresadas».

Viktor Frankl. Escritor y neurólogo.


“Me quitaron mi nombre, mi libertad, mi familia… pero jamás lograron quitarme el sentido.”
        Sobreviví a cuatro campos de concentración. Me marcaron con un número y me arrebataron todo: mis libros, mis sueños, incluso a mi esposa embarazada. Todos los días veía morir a alguien. Algunos se lanzaban contra las cercas eléctricas… otros simplemente dejaban de luchar. Yo también estuve al borde. Pero decidí que, si no podía cambiar mi destino, cambiaría mi actitud ante él.
    Una noche, mientras temblaba de frío, imaginé que estaba dando una conferencia en una universidad, contando todo lo que había vivido. Me aferré a esa imagen como si fuera una cuerda en medio del abismo. Esa idea —encontrar un propósito incluso en el dolor— fue lo que me mantuvo con vida. No era solo sobrevivir. Era entender para qué vivir.
Cuando fui liberado, no encontré a nadie de mi familia con vida. Estaban todos muertos. Pude haberme destruido, pero elegí escribir. Así nació "El hombre en busca de sentido". No lo escribí para ser famoso. Lo escribí para que el mundo supiera que aunque te lo quiten todo, si tienes un “por qué”, siempre encontrarás el “cómo”.
   "...incluso en el infierno, quien tiene un propósito, tiene esperanza.’’
Viktor Frankl.

sábado, 16 de noviembre de 2024

 Preferencia por el silencio.

En Finlandia, a diferencia de otras culturas europeas, la conversación trivial o el "small talk" son casi inexistentes. En este país, no solo no se fomenta, sino que ni siquiera existe un concepto de ello en el idioma finlandés. Muchos niños, al aprender inglés, descubren este tipo de interacción como algo esperado cuando hablan con extranjeros. En reuniones sociales, los finlandeses no sienten la necesidad de llenar los silencios; a menudo, estos pueden durar minutos sin causar incomodidad. Esta preferencia por el silencio se extiende a otras partes de los países nórdicos, como Trondheim o Tromsø. La cultura finlandesa valora las conversaciones significativas y, en lugar de llenar cada pausa con palabras vacías, prefieren la calma. Así, si alguna vez te encuentras en una situación social en Finlandia, recuerda que el silencio no es algo negativo, sino un espacio para la reflexión, y mejor evitar iniciar conversaciones de "hablar por hablar". (Créditos Cienciatum)

Asume este lema (de la Gran Hermandad Blanca):

"Saber, osar, hacer y callar. Esto lleva al éxito."




martes, 25 de abril de 2023

¿Trabajas, o sirves a la Luz?



     Intenta dejar de pensar que lo que haces es “trabajo”. La razón por la que la humanidad se cansa tanto cuando hace un pequeño esfuerzo físico, es porque la palabra “trabajo” ha sido cargada con “agotamiento” por los sentimientos de la humanidad. ¡No necesitas seguir más tiempo sometido a eso! ¡Piensa en tu actividad como en un servicio Divino, un servicio a la Luz! ¡Observa la diferencia! Así, tú estás atrayendo el pleno poder y acción de la Luz, de la Divinidad que es tu propio Ser Divino, tu Poderosa Presencia I AM. Sin eso, estás sometido a condiciones y sugestiones humanas que constantemente están alrededor tuyo.

Maestro Ascendido Saint Germain. 27/02/1938. La Voz del I AM. Abril, 1938.

jueves, 30 de septiembre de 2021

La felicidad de AMAR-DAR

“Una vez, cuando era adolescente, mi padre y yo estábamos haciendo fila para comprar entradas para el circo. Finalmente, solo había otra familia entre nosotros y el mostrador de entradas. Esta familia me causó una gran impresión.
Había ocho niños, todos ellos menores de 12 años. De la forma en que estaban vestidos se podía decir que no tenían mucho dinero, pero su ropa era limpia, muy limpia. Los niños eran muy bien educados, todos ellos parados en la fila, de dos en dos detrás de sus padres, tomados de las manos.
Estaban emocionados por los payasos, los animales y todos los actos que verían esa noche.
Por su emoción, podías percibir que nunca antes habían estado en un circo. Sería un punto culminante en sus vidas.
El padre y la madre estaban a la cabeza de la manada de pie, orgullosos como podría ser. La madre estaba sosteniendo la mano de su marido, mirándolo como si dijera: ‘Eres mi caballero en armadura brillante’. Él estaba sonriendo y disfrutando viendo a su familia feliz.
La señora de la taquilla le preguntó cuántos boletos quería, y él respondió con orgullo ‘quiero ocho entradas para niños y dos para adultos’. Entonces la señora declaró el precio.
La esposa del hombre soltó su mano, se le cayó la cabeza, el labio del hombre comenzó a temblar. Entonces se acercó un poco más y preguntó ‘¿cuánto dijiste?’ La señora de taquilla volvió a declarar el precio.
El hombre no tenía suficiente dinero. ¿Cómo se suponía que iba a girar e iba a decirle a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo?
Viendo lo que estaba pasando, mi papá metió la mano en su bolsillo y sacó un billete de $20 y lo dejó caer al suelo. No éramos ricos en ningún sentido de la palabra.
Mi padre se inclinó, recogió el billete de $20, tocó al hombre en el hombro y dijo: “Disculpe, señor, se le cayó este de su bolsillo”.
El hombre entendió lo que estaba pasando. No estaba pidiendo una limosna, pero sin duda agradeció la ayuda en una situación difícil. Miró directamente a los ojos de mi papá, tomó la mano de mi padre en sus manos, apretó el billete y con el labio temblando y una lágrima cayendo por su mejilla, respondió: “Gracias señor, esto realmente significa mucho para mi y para mi familia”.
Mi padre y yo volvimos a nuestro coche y condujimos a casa. Los $20 dólares que regaló mi papá es con lo que íbamos a comprar nuestros propios boletos.
Aunque no pudimos ver el circo esa noche, ambos sentimos una alegría dentro de nosotros que fue mucho mayor que ver el circo.
Ese día aprendí el verdadero valor de dar.

Si quieres ser grande, como lo es la Vida, aprende a dar. El amor no tiene que ver con lo que esperas conseguir, sino con lo que esperas dar.
La importancia de dar, de bendecir... Aprende a ser feliz, y a hacer feliz a alguien, con actos de dar”.

Katharine Hepburn. Actriz.

lunes, 13 de septiembre de 2021

 "No hay que llegar primero, pero hay que saber llegar"

“En una ocasión alguien me vio en una carrera, y me preguntó en tono burlón: 
- ¿Tú corres?
 Le dije que sí
- ¿Y eres de los buenos o de los malos?
- Soy de los buenos, le dije.
- ¿Ah, sí? y ¿en qué lugar llegas?
-He llegado tercero, sexto, 30, 140, 640, 7,200... depende de la cantidad de personas que asistan a la carrera.
- Oh, y entonces, ¿en qué lugar llegan los malos?
- ¡Los malos nunca se apuntan, se quedan de público, criticando!
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No permitas que actitudes negativas, tuyas o de otros, afecten tus sueños y tus metas.


¡Si no te rindes, la Victoria es tuya!

domingo, 9 de mayo de 2021

Elizabeth Kübler-Ross: La connotada científica que confirmó que sí existe el Más Allá

Esta médico y psiquiatra suiza recabó centenares de testimonios de experiencias extra corporales, lo que la llevó a concluir que “la muerte no era un fin, sino un radiante comienzo”.
La doctora suiza Elizabeth Kübler-Ross se convirtió en el siglo XX en una de las mayores expertas mundiales en el campo de la "muerte", al implementar modernos cuidados paliativos con personas moribundas para que éstas afrontaran el fin de su vida con serenidad y hasta con alegría (en su libro “On death and dying”, de 1969, que versa sobre la muerte y el acto de morir, describe las diferentes fases del enfermo según se aproxima su muerte, esto es, la negación, ira, negociación, depresión y aceptación). Sin embargo, esta médico, psiquiatra y escritora nacida en Zurich en 1926 también se transformó en una pionera en el campo de la investigación de las experiencias cercanas a la muerte, lo que le permitió concluir algo que espantó a muchos de sus colegas: sí existe vida después de la muerte.
La férrea formación científica de esta doctora, que se graduó en psiquiatría en Estados Unidos, recibiendo posteriormente 23 doctorados honoríficos, se pondría a prueba luego de que a lo largo de su prolongada práctica profesional los enfermos moribundos a los que trataba le relataran una serie de increíbles experiencias paranormales, lo que la motivó a indagar si existía el Más Allá o la vida después de la muerte. Así, se dedicó a estudiar miles de casos, a través del mundo entero, de personas de distinta edad (la más joven tenía dos años, y la mayor, 97 años), raza y religión, que habían sido declaradas clínicamente muertas y que fueron llamadas de nuevo a la vida.
Elizabeth-Kubler-Ross-1“El primer caso que me asombró fue el de una paciente de apellido Schwartz, que estuvo clínicamente muerta mientras se encontraba internada en un hospital. Ella se vio deslizarse lenta y tranquilamente fuera de su cuerpo físico y pronto flotó a una cierta distancia por encima de su cama. Nos contaba, con humor, cómo desde allí miraba su cuerpo extendido, que le parecía pálido y feo. Se encontraba extrañada y sorprendida, pero no asustada ni espantada. Nos contó cómo vio llegar al equipo de reanimación y nos explicó con detalle quién llegó primero y quién último. No sólo escuchó claramente cada palabra de la conversación, sino que pudo leer igualmente los pensamientos de cada uno. Tenía ganas de interpelarlos para decirles que no se dieran prisa puesto que se encontraba bien, pero pronto comprendió que los demás no la oían. La señora Schwartz decidió entonces detener sus esfuerzos y perdió su conciencia. Fue declarada muerta cuarenta y cinco minutos después de empezar la reanimación, y dio signos de vida después, viviendo todavía un año y medio más. Su relato no fue el único. Mucha gente abandona su cuerpo en el transcurso de una reanimación o una intervención quirúrgica y observa, efectivamente, dicha intervención”.
La doctora Kübler-Ross añade que “otro caso bastante dramático fue el de un hombre que perdió a sus suegros, a su mujer y a sus ocho hijos, que murieron carbonizados luego que la furgoneta en la que viajaban chocara con un camión cargado con carburante. Cuando el hombre se enteró del accidente permaneció semanas en estado de shock, no se volvió a presentar al trabajo, no era capaz de hablar con nadie, intentó buscar refugio en el alcohol y las drogas, y terminó tirado en la cuneta, en el sentido literal de la palabra. Su último recuerdo que tenía de esa vida que llevó durante dos años fue que estaba acostado, borracho y drogado, sobre un camino bastante sucio que bordeaba un bosque. Sólo tenía un pensamiento: no vivir más, y reunirse de nuevo con su familia. Entonces, cuando se encontraba tirado en ese camino, fue atropellado por un vehículo que no alcanzó a verlo. En ese preciso momento se encontró él mismo a algunos metros por encima del lugar del accidente, mirando su cuerpo gravemente herido que yacía en la carretera. Entonces apareció su familia ante él, radiante de luminosidad y de amor. Una feliz sonrisa sobre cada rostro. Se comunicaron con él sin hablar, sólo por transmisión del pensamiento, y le hicieron saber la alegría y la felicidad que el reencuentro les proporcionaba. El hombre no fue capaz de darnos a conocer el tiempo que duró esa comunicación, pero nos dijo que quedó tan violentamente turbado frente a la salud, la belleza, el resplandor que ofrecían sus seres queridos, lo mismo que la aceptación de su actual vida y su amor incondicional, que juró no tocarlos ni seguirlos, sino volver a su cuerpo terrestre para comunicar al mundo lo que acababa de vivir, y de ese modo reparar sus vanas tentativas de suicidio. Enseguida se volvió a encontrar en el lugar del accidente y observó a distancia cómo el chofer estiraba su cuerpo en el interior del vehículo. Llegó la ambulancia y vio cómo lo transportaban a la sala de urgencias de un hospital. Cuando despertó y se recuperó, se juró a sí mismo no morirse mientras no hubiese tenido ocasión de compartir la experiencia de una vida después de la muerte con la mayor cantidad de gente posible”.
La doctora Kübler-Ross añadió “que investigamos casos de pacientes que estuvieron clínicamente muertos durante algunos minutos y pudieron explicarnos con precisión cómo los sacaron el cuerpo del coche accidentado con dos o tres sopletes. O de personas que incluso nos detallaron el número de la matricula del coche que los atropelló y continuó su ruta sin detenerse. Una de mis enfermas que sufría esclerosis y que sólo podía desplazarse utilizando una silla de ruedas, lo primero que me dijo al volver de una experiencia en el umbral de la muerte fue: «Doctora Ross, ¡Yo podía bailar de nuevo!», o niñas que a consecuencia de una quimioterapia perdieron el pelo y me dijeron después de una experiencia semejante: «Tenía de nuevo mis rizos». Parecían que se volvían perfectos. Muchos de mis escépticos colegas me decían: «Se trata sólo de una proyección del deseo o de una fantasía provocada por la falta de oxígeno.» Les respondí que algunos pacientes que sufrían de ceguera total nos contaron con detalle no sólo el aspecto de la habitación en la que se encontraban en aquel momento, sino que también fueron capaces de decirnos quién entró primero en la habitación para reanimarlos, además de describirnos con precisión el aspecto y la ropa de todos los que estaban presentes”.
La muerte no existe
La doctora Kübler-Ross aseguró que después de investigar estos casos concluyó que la muerte no existía en realidad, pues ésta sería no más que el abandono del cuerpo físico, de la misma manera que la mariposa deja su capullo de seda. ”Ninguno de mis enfermos que vivió una experiencia del umbral de la muerte tuvo a continuación miedo a morir. Ni uno sólo de ellos, ni siquiera los niños. Tuvimos el caso de una niña de doce años que también estuvo clínicamente muerta. Independientemente del esplendor magnífico y de la luminosidad extraordinaria que fueron sido descritos por la mayoría de los sobrevivientes, lo que este caso tiene de particular es que su hermano estaba a su lado y la había abrazado con amor y ternura. Después de haber contado todo esto a su padre, ella le dijo: «Lo único que no comprendo de todo esto es que en realidad yo no tengo un hermano.» Su padre se puso a llorar y le contó que, en efecto, ella había tenido un hermano del que nadie le había hablado hasta ahora, que había muerto tres meses antes de su nacimiento”.
La doctora agregó que “en varios casos de colisiones frontales, donde algunos de los miembros de la familia morían en el acto y otros eran llevados a diferentes hospitales, me tocó ocuparme particularmente de los niños y sentarme a la cabecera de los que estaban en estado crítico. Yo sabía con certeza que estos moribundos no conocían ni cuántos ni quiénes de la familia ya habían muerto a consecuencia del accidente. En ese momento yo les preguntaba si estaban dispuestos y si eran capaces de compartir conmigo sus experiencias. Uno de esos niños moribundos me dijo una vez: «Todo va bien. Mi madre y Pedro me están esperando ya.» Yo ya sabía que su madre había muerto en el lugar del accidente, pero ignoraba que Pedro, su hermano, acababa de fallecer 10 minutos antes”.
La luz al final del túnel
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La doctora Kübler-Ross explicó que después que abandonar el cuerpo físico y de reencontrarse con aquellos seres queridos que partieron y que uno amó, se pasa por una fase de transición totalmente marcada por factores culturales terrestres, donde aparece un pasaje, un túnel, un pórtico o la travesía de un puente. Allí, una luz brilla al final. “Y esa luz era más blanca, de una claridad absoluta, a medida que los pacientes se aproximaban a ella. Y ellos se sentían llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que uno se pudiera imaginar. No hay palabras para describirlo. Cuando alguien tiene una experiencia del umbral de la muerte, puede mirar esta luz sólo muy brevemente. De cualquier manera, cuando se ha visto la luz, ya no se quiere volver. Frente a esta luz, ellos se daban cuenta por primera vez de lo que hubieran podido ser. Vivían la comprensión sin juicio, un amor incondicional, indescriptible. Y en esta presencia, que muchos llaman Cristo o Dios, Amor o Luz, se daban cuenta de que toda vuestra vida aquí abajo no es más que una. Y allí se alcanzaba el conocimiento. Conocían exactamente cada pensamiento que tuvieron en cada momento de su vida, conocieron cada acto que hicieron y cada palabra que pronunciaron. En el momento en que contemplaron una vez más toda su vida, interpretaron todas las consecuencias que resultaron de cada uno de sus pensamientos, de sus palabras y de cada uno de sus actos. Muchos se dieron cuenta de que Dios era el amor incondicional. Después de esa «revisión» de sus vidas ya no lo culpaban a Él como responsable de sus destinos. Se dieron cuenta de que ellos mismos eran sus peores enemigos, y se reprocharon el haber dejado pasar tantas ocasiones para crecer. Sabían ahora que cuando su casa ardió, que cuando su hijo falleció, cuando su marido fue herido o cuando sufrieron un ataque de apoplejía, todos estos golpes de la suerte representaron posibilidades para enriquecerse, para crecer”.
La especialista, en este punto, hizo una recomendación a todos aquellos que sufren el trance de tener cerca a algún ser querido a punto de morir. “Deben saber que si se acercan al lecho de su padre o madre moribundos, aunque estén ya en coma profundo, ellos oyen todo lo que les dicen, y en ningún caso es tarde para expresar «lo siento», «te amo» o alguna otra cosa que quieran decirles. Nunca es demasiado tarde para pronunciar estas palabras, aunque sea después de la muerte, ya que las personas fallecidas siguen oyendo. Incluso en ese mismo momento se pueden arreglar «asuntos pendientes», aunque éstos se remonten a diez o veinte años atrás. Se pueden liberar de su culpabilidad para poder volver a vivir ellos mismos”.
La “conciencia cósmica “ de la doctora Kübler-Ross
La doctora Elizabeth Kübler-Ross, intrigada por todos estos asombrosos relatos, decidió una vez comprobar por sí misma su veracidad. Y, luego de ser inducida a una muerte artificial en un laboratorio médico de Virginia, experimentó dos veces estar fuera de su cuerpo. “Cuando volví a la conciencia tenía la frase «Shanti Nilaya», que por cierto no sabía qué significaba, dándome vueltas en mi cabeza. La noche siguiente la pasé sola, en una pensión aislada en medio del bosque de Blue Ridge Mountains. Allí, luego de sufrir inexplicables dolores físicos, fue gratificada con una experiencia de renacimiento que no podría ser descrita con nuestro lenguaje. Al principio hubo una oscilación o pulsación muy rápida a nivel del vientre que se extendió por todo mi cuerpo. Esta vibración se extendió a todo lo que yo miraba: el techo, la pared, el suelo, los muebles, la cama, la ventana y hasta el cielo que veía a través de ella. Los árboles también fueron alcanzados por esta vibración y finalmente el planeta Tierra. Efectivamente, tenía la impresión de que la tierra entera vibraba en cada molécula. Después vi algo que se parecía al capullo de una flor de loto que se abría delante de mí para convertirse en una flor maravillosa y detrás apareció esa luz esplendorosa de la que hablaban siempre mis enfermos. Cuando me aproximé a la luz a través de la flor de loto abierta y vibrante, fui atraída por ella suavemente pero cada vez con más intensidad. Fui atraída por el amor inimaginable, incondicional, hasta fundirme completamente en él. En el instante en que me uní a esa fuente de luz cesaron todas las vibraciones. Me invadió una gran calma y caí en un sueño profundo parecido a un trance. Al despertarme caí en el éxtasis más extraordinario que un ser humano haya vivido sobre la tierra. Me encontraba en un estado de amor absoluto y admiraba todo lo que estaba a mi alrededor. Mientras bajaba por una colina estaba en comunión amorosa, con cada hoja, con cada nube, brizna de hierba y ser viviente. Sentía incluso las pulsaciones de cada piedrecilla del camino y pasaba «por encima» de ellas, en el propio sentido del término, interpelándolas con el pensamiento: «No puedo pisaros, no puedo haceros daño», y cuando llegué abajo de la colina me di cuenta de que ninguno de mis pasos había tocado el suelo y no dudé de la realidad de esta vivencia. Se trataba sencillamente de una percepción como resultado de la conciencia cósmica. Me fue permitido reconocer la vida en cada cosa de la naturaleza con este amor que ahora soy incapaz de formular. Me hicieron falta varios días para volver a encontrarme bien en mi existencia física, y dedicarme a las trivialidades de la vida cotidiana como fregar lavar la ropa o preparar la comida para mi familia. Posteriormente averigué que “Shanti Nilaya» significa el puerto de paz final que nos espera. Ese estar en casa al que volveremos un día después de atravesar nuestras angustias, dolores y sufrimientos, después de haber aprendido a desembarazarnos de todos los dolores y ser lo que el Creador ha querido que seamos: seres equilibrados que han comprendido que el amor verdadero no es posesivo”.
La Dra. Elizabeth Kübler-Ross, luego que en 1995 sufriera una serie de apoplejías que paralizaron el lado derecho de su cara, falleció en Scottdale, Arizona, el 24 de agosto del 2004. Se enfrentó a su propia muerte con la valentía que había afrontado la de los demás, y con el coraje que aprendió de sus pacientes más pequeños. Sólo pidió que la despidieran con alegría, lanzando globos al cielo para anunciar su llegada.
En su lecho de muerte, por cierto, sus amigos y seres queridos le preguntaron si le temía a la muerte, a lo que ella replicó: «No, de ningún modo me atemoriza; diría que me produce alegría de antemano. No tenemos nada que temer de la muerte, pues la muerte no es el fin sino más bien un radiante comienzo. Nuestra vida en el cuerpo terrenal sólo representa una parte muy pequeña de nuestra existencia. Nuestra muerte no es el fin o la aniquilación total, sino que todavía nos esperan alegrías maravillosas”.

sábado, 1 de mayo de 2021

La Era de la Liberación comenzó un 1 de mayo de 1954. Y, con ella, un nuevo calendario para la Tierra



   "Hoy (1 de mayo de 1955) celebramos el Año Uno de la Era de la Liberación. Estamos entrando en el segundo año de una Era completamente nueva. Es un nuevo calendario, conocido únicamente por los pocos que están en esta habitación y por los Maestros Ascendidos. Así que en el Año Uno - de la Era de la Liberación que se prolongará durante los próximos 2000 años – Nosotros ofrecemos Honor, Reconocimiento, Gratitud y Amor Divino a los grandes exponentes de la Liberación; al gran Señor de la Liberación, el Maestro Saint Germain, que recibió la Corona Cósmica hace un año en este día, en esa Coronación que le dio la autoridad para incrementar la comprensión del poder y presencia de la Liberación y del Rayo y Fuego Violeta que Él representa para esta Tierra. En Su mano puso el mismísimo Amado Señor Sanat Kumara el Cetro de Autoridad. Nosotros, que recordamos ese dulce día, Nosotros que hemos visto la expansión de la conciencia de la Liberación en los planos internos, Nos inclinamos ante Su Luz en honor al aniversario de este Empeño.

   Este es el mes en el que Oriente y Occidente se encuentran. Es el místico y mágico mes de Mayo. En este mes han tenido lugar más Ascensiones, de personas desde el plano de la Tierra, que en ningún otro mes del año.

   Aquí en Occidente hoy, sobre el continente de Norteamérica, Ellos han creado el magnificente Trono de amatistas para el Amado Chohan Saint Germain. Él lleva sobre Su cabeza la Corona de amatistas y la larga Capa de autoridad hecha con terciopelo violeta y la dorada Cruz de Malta sobre Su espalda. En Su mano Él sostiene el Cetro que es la autoridad que será la energía vital predominante durante el período de 2000 años. Sentada junto a Él está la amada Diosa de la Justicia. Ella va vestida de un modo casi idéntico, excepto por la Corona que lleva, representativa de Su puesto en la Junta Kármica, y Su Capa no conlleva la autoridad del Chohan: es de un color más claro, y sus bandas de oro son más estrechas.

   Desde este Foco Occidental, mientras estos dos grandes Seres se sientan de cara al Océano Atlántico y a Europa, alrededor de Ellos está la Corte, concretamente del Fuego Violeta. Al mismo tiempo en India los peregrinos se están preparando para el Festival de Wesak. Muchos de ellos han estado a pie, a caballo, en camello, en elefante, algunos durante meses. A medida que van reuniéndose hacia el Valle de Wesak, los Grandes Seres de Oriente han creado la más magnífica forma de loto sobre el Valle de Wesak, para que haya allí un Trono para la Presencia Viviente del Señor Gautama Buddha el próximo domingo, en el Aniversario de su Logro Victorioso personal y en el de la Bendición del Festival de Wesak.

   Desde el Trono y la Presencia del Señor Gautama Buddha, para hacer la conexión, hay un puente de Luz que está compuesto de los siete colores de los siete Rayos. El Chohan permanece en Occidente, y en el lado de Oriente con el Señor Buddha uno de los Arcángeles representará el aspecto femenino del Chohan.

   Así que esta semana entera es una fusión de la conciencia de Oriente y Occidente. El Señor Buddha normalmente no aparece hasta la noche de la Luna Llena en el Festival de Wesak. Pero Yo tengo el sentimiento de que Él se situará en Su puesto antes de que acabe el día de hoy, y durante ese período de ocho días incluido el próximo domingo, la bendición de estas corrientes ayudará a aportar un equilibrio que durante mucho tiempo se ha necesitado. Nosotros estamos extremadamente agradecidos por el trabajo que vosotros, unos pocos, habéis hecho.     

                    Arcángel Zadquiel. 1 de mayo de 1955

“Law of Life and Teachings. Book II” Pages 389 - 390