sábado, 21 de julio de 2012

La facultad de la atención

La facultad de tu atención es una actividad del Fuego Sagrado, un Poder que se te ha dado para el enriquecimiento de tu propia naturaleza, para aumentar tu capacidad de servir a Dios y al hombre. De allí que tu atención es una Llama de ese Fuego Sagrado, y si la visualizas de esa manera, podrás orientarla -¡con tremendos resultados!- hacia tu Propio Ser Divino, hacia cualquier Ser Cósmico o Ascendido, o hacia cualquier lugar en el Sistema Solar de donde quieras recibir asistencia, iluminación, paz o sanación. Al ser parte del Fuego Sagrado, esa Llama de tu atención se conecta inmediatamente con el objetivo hacia el cual es dirigida. Forma un contacto definitivo con toda sustancia consciente, sentimiento y poder del Ser hacia quien hayas dirigido el rayo de tu atención.
Si vuelves el rayo de tu atención hacia el sol físico y te pasas como treinta minutos íntegros sólo contemplando la perfección que allí se encuentra, de regreso sobre dicho rayo vendrían partículas de Luz que renovarían y reconstruirían tus vehículos (tanto internos como externos) con perfecta salud, vitalidad y bienestar. Cuando la atención del Maestro está sobre ustedes, Él está usando el Fuego Sagrado. Su atención es atraída a ustedes en el instante en que piensan en Él; por tanto, cuando ustedes se encuentran en contemplación, tienen en acción los polos positivo y negativo del Fuego Sagrado. Esto conforma una conexión perfecta sobre la cual los regalos y sustancia del Maestro pueden viajar.





Si experimentas con esto, te sorprenderás y deleitarás con los resultados físicos y emocionales, así como con el alivio que un tratamiento de esta índole te producirían. El Maestro no sólo trata al vehículo físico, sino también a los vehículos internos barriendo hacia el Fuego Sagrado la sustancia pesada contenida primordialmente en el vehículo emocional. Si pudieras visualizar láminas de Llama pasando a través del vehículo emocional en suaves y delicadas tonalidades de rosa y oro, obtendrías una serenidad y paz que facilitarían la aceptación de la asistencia física mucho más que cuando estás tenso y tirante, condición en la que te encuentras por lo general cuando estás haciendo (o te dispones a hacer) un tratamiento.
Electrones, MaháChohan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario